viernes, 27 de enero de 2023

Ser un Bad Boy

 Fui educado en un Catolicismo extremo, con la idea del pecado y el infierno, como  motores  para portarme bien, y realmente dieron resultado, soy un ciudadano obediente, un buen niño, serio y civilizado, me gustan los trajes obscuros, las camisas blancas, impecables, con cuello y puños almidonados, mancuernillas sobrias, corbata lisa, pisacorbatas que haga juego y un pin que exprese mi personalidad en la solapa.

Pero a la vez, me gusta usar un buen uniforme naval, con mi nombre y decoraciones, o su equivalente, un traje de vuelo presurizado, sin ninguna concesion a lo que no sea util, con una actitud agresiva, de una forma u otra, el motto de Anytime baby!, se volvio mi  grito de Batalla, pero como  oficial, era debidamente disciplinado, odediente, bravo, profesional.
 

 
Pero debajo de esa conducta, siempre ha existido un lado salvaje, amo el olor de la polvora al disparar con un M16A1, ese extasis que se siente al acabaRte un magazine con una sola rafaga, sentir la potencia de mi Softail, en una autopista de Utah, mientras tararero Thunderstruck, desafiar la  Filosofia ñoña con un conocimiento profundo de Kant y no sujetarme a las Teorias predominantes, amo a Bach, pero me fascina el Heavy Metal y todo el Rock Wagneriano
 
Vivir peligrosamente, in the razor (al filo) del conocimiento conocido, en Ciencias, Tecnologia y Humanidades, en fin, tengo una actitud rebelde, de profunda insumision intelectual, no tolero la estupidez, asi este revestida con el titulo de Doctor, amo usar botas de motociclista, unos jeans sucios, una chamarra negra, mis lentes obscuros (si aun de noche), un arete de calavera, con ojos rojos y una daga cruzandola, pero con mi impecable camisa blanca, de cuello y puños almidonados.
 
Se que soy un civilizado hombre de letras, cientifico y profesor, que es un salvaje de corazon, y se que a muchas mujeres les gusta eso, no se porque y la verdad no me importa, porque ese tipo de mujeres usualmente no valen casi nada, tal vez este  loco, pero disfruto mas la carretera o ver a la mar, que sigue siendo mi  amor, mi destino, sera morir en ella: "en altamar y con la cara al cielo", como decia cierto  poeta.
 
Ser un rebelde intelectual, no es tan peligroso, como ver venir hacia ti unas trazadoras de 23 mm, pero es igual de emocionante, me gusta avalanzarme como un buitre, sobre esas manadas de conformistas y dogmaticos pseudoeruditos, que solo repiten la frase de moda y que serian incapaces de ver la verdad aunque esta les mordiera el trasero, con argumentos duros, contundentes y ver como hace corto circuito su mente, ver sus caras, cuando se dan cuenta de que sus mas valiosas ideas son una mentira, verlos correr en panico en todas direcciones, intentando aferrarse con todas sus fuerzas a sus creencias, a sus dogmas, a sus mentiras.
 
Mas de una vez, al entrar a un seminario o congreso, ver como se asustan al verme y podria jurar, que no pocas veces he olido su cobardia, expresandose por sus esfinteres, me encanta verlos tartamudear, cuando sus argumentos sofistas se derrumban ante la primer patada kantiana, y si la verdad, hay veces que siento que deberian de castigarme con 15 yardas, por rudeza innecesaria, pero luego pienso que si dejo que propagen su idiotez, los mas afectados no seran ellos, sino todos los demas, los estudiantes, que cada vez aprenden menos, porque la Pedagogia se ha vuelto una Secta Politica y no una Ciencia de la Educacion, las Empresas y los Empleos que dependen de ellas, comprometidas por sus ideas wokes, y es entonces, cuando me vuelvo a la sensatez y me siento a comer sus restos intelectuales y disfrutar de su derrota en toda calma, claro con un buen Chianti o su version chilena.